La misión de los colegios hoy es despertar el vínculo con las familias

La fundadora de Edu1st, Ana María Fernández, dialogó con Revista COLEGIO en el ciclo de conversaciones por Instagram y resaltó que en el marco de la complejidad que se vive a raíz de la pandemia del coronavirus, “la misión de los colegios es lograr despertar el vínculo con la familia porque eso genera contextos favorables de aprendizaje”.

¿Cómo surgió Edu1st y qué es el Modelo VESS?

“Cuando vivía en la Argentina descubrí la vocación que hay en los jardines de infantes de allá y en las maestras jardineras. La pasión comenzó cuando nacieron nuestros hijos y decidimos fundar colegios y buscar un programa que ofreciera la posibilidad de una Vida Equilibrada con Sentido y Sabiduría (VESS) para toda la comunidad escolar. Así fuimos construyendo un programa y poco a poco fue conocido por otros colegios y por el Dr. David Perkins, del Proyecto Zero de la Universidad de Harvard, que nos invitó a presentarlo. En ese voz a voz muchos colegios nos invitaron a difundir lo que estábamos haciendo y ahí se fundó Education First en el sur de la Florida, que no sólo tiene jardines infantiles sino también un programa de apoyo con colegios de distintas partes del mundo (Chile, Argentina, EEUU, España, Polonia, Colombia, México, Ecuador), donde generamos una red y acompañamos a los colegios a transformar la educación hacia una cultura de pensamiento. Eso es Edu1st: una organización que genera una red de colegios y hace formaciones, acompañamiento y coaching para ayudar a los colegios a transformarse“.

Cultura de Pensamiento VESS

¿Qué es la cultura de pensamiento?

“Es algo apasionante cuando la descubres. Cada país, cada ciudad, cada colegio tiene una cultura. Cuando hablamos de una cultura de pensamiento nos referimos a un grupo de personas que deciden hacer una transformación hacia una cultura donde se respete el pensamiento como una herramienta de trabajo, como un sistema de habilidades que tenemos, podemos aprender y desarrollar y ahí aprendemos a valorar el aporte del otro y el de nosotros mismos. Es una cultura que entiende que el contexto, las oportunidades, las expectativas deben estar alineadas hacia ese respeto del pensamiento; que transforma la educación porque busca la comprensión en la tarea de aprendizaje y a esa cultura de pensamiento nosotros la enriquecimos o le dimos un matiz desde nuestra propia mirada, que es una cultura de pensamiento VESS, que busque una Vida Equilibrada con Sentido y Sabiduría, no solamente teniendo en cuenta la parte académica sino aprendiendo a pensar para qué, porque también quiero ser autónomo socialmente y moralmente para pode ser un mejor ciudadano. Es decidir que nos vamos a transformar hacia el respeto de las ideas de los demás”.

¿Coincidís en que la educación en dos meses avanzó más que en 50 años y en que estamos frente a un mundo plagado de incertidumbres y la educación puede generar una propia cultura?

“Absolutamente. ´Hoy más que nunca´ es una frase que estoy usando mucho. Sabíamos que teníamos que transformar la educación desde hace décadas y algunos habían iniciado el proceso pero ahora nos largaron al abismo y o nos transformamos y adaptamos, o no sobrevivimos. Es una oportunidad muy grande y muy linda porque el mundo entero está en modo paciencia. Todos sabemos que estamos aprendiendo. El mundo se paralizó y dijo: ´los docentes tienen derecho a aprender´. Es una gran oportunidad, un momento fascinante. Sería triste no aprovecharlo. Siento que estamos queriendo hacer las cosas bien. Se han generado muchas redes con colaboración y generosidad para ver qué está haciendo el otro y cómo ayudarnos. Nos hemos conocido, transformado y enriquecido mucho”.

¿Cómo han enfrentado la crisis? ¿Cómo manejaron la comunicación con los padres y la enseñanza remota con los alumnos desde la organización?

“Nuestros Colegios en Colombia son internacionales y antes del comienzo de la pandemia ya estábamos contactados con colegios internacionales en China, lo que nos encendió el alerta para prepararnos por si pasaba algo similar acá. Pudimos analizarlo y ya en enero tener protocolos listos. En EEUU no fue tan rápido esto pero sí a finales de febrero hicimos un comité de crisis para ver cómo cerrar las instituciones porque para nosotros lo primero es la ética de hacer lo correcto. Nosotros tenemos un objetivo muy claro que es una vida VESS. Eso implica que en el equilibrio está la salud y la seguridad como prioritario. Fue muy claro que había que cerrar y fuimos de los primeros que lo hicimos, incluso cuando en el sur de la Florida nunca hubo una orden de cerrar los jardines infantiles. Creo que hay que tener muy claro el norte, el propósito. Las seguridades, primero; todo lo demás se adapta. Sabíamos que económicamente el impacto iba a ser fuerte. Se le comunicó a los padres uno a uno a través de nuestros múltiples canales de comunicación.

Tenemos seis centros para la infancia temprana, de tres meses a cinco años y las clases virtuales parecían una locura, sobre todo para los bebés. En este comité de crisis vimos cuáles eran las necesidades de la comunidad: contención emocional para docentes, padres y también de los niños, contacto social para ellos y desarrollo. Generamos un programa virtual donde hay sesiones en vivo, pero también acompañamiento con material que se envía a la casa y acompañamiento uno a uno para los papás en el aprendizaje del desarrollo de sus hijos. También lo estamos haciendo en los colegios de Colombia, donde tenemos nivel primario y secundario. Hay comunicación con las familias para que se enteren sobre el desarrollo de sus hijos, que es normal que se frustren, que no quieran hacer la tarea, que la parte académica no es lo más importante sino generar vínculo. Además, hacemos cinco webinars a la semana de diferentes temas para ayudar a aprender a generar espacios significativos para el aprendizaje y el buen vivir en la casa”.

¿Cómo trabajar en contextos de desigualdad?

“Hay mucha desigualdad que va a generar mucha inequidad en muchos sentidos. Nosotros nuestra primera invitación es a mirarnos al espejo y ver dónde estamos parados. No es momento de decir ´yo lo hago bien´ con arrogancia sino de comparar cómo lo hacen otros, mirar afuera y adentro con honestidad, para trabajar la definición del propósito de lo que hacemos. Si veo que lo importante es que el niño logre ese vínculo con la familia y que servir el desayuno puede ser un momento de aprendizaje y de enseñarle al papá a jugar, en ese momento puedo encontrarme con mi hijo y es un ámbito de aprendizaje y hay todo un universo de crecimiento. Debo tener un plan de acción a través de un propósito. El teléfono es una forma de conectarse, la televisión y la radio también y están funcionando mucho en Latinoamérica. Lo segundo es definir cómo será la reciprocidad, en qué momento hablar con esos niños y papás. Eso genera vínculo, fidelidad. En la medida en que yo me haga relevante, el papá va a valorarlo, va a valorar que se lo ayude en la crianza de su hijo y que se le brinden herramientas que realmente aporten. El problema es cuando mandamos tarea y más tarea y el papá está agobiado viendo cómo sobrevive y además siendo profesor”.

Educación a distancia

¿Cómo definís el aprendizaje a distancia y cuáles son sus principales implicaciones?

“Como padres de familia teníamos un paradigma de llevar al chico a un edificio donde lo educan y lo devuelven educado, delegando la educación. El concepto de aprendizaje a distancia es todo lo que es fuera de ese edificio. Se convierte en cualquier cosa que sea aprendizaje en casa, que puede ser con las guías didácticas  o con la clase virtual pregrabada o en vivo. Muchos docentes dicen que no hay conectividad pero puede haber conectividad de otras formas, con múltiples medios. Es una oportunidad para los papás darnos cuenta de que la responsabilidad es compartida. Los expertos en metodología y pedagogía y desarrollo son los educadores, docentes, pero los expertos en el niño, en conocer la singularidad de ellos son los padres. Nadie conoce a los hijos como los padres.

En este contexto, los papás se dieron cuenta de que los hijos aprenden distinto. Muchos chicos descubrieron que pueden aprender del universo a través de la computadora. Es una oportunidad divina pero toca despertarnos y aprender”.

 

 

Reestablecer el vínculo familia-escuela. ¿Qué tips podés mencionar para padres y docentes para que los aprendizajes y la contención sean efectivos?

“Se va a revalorizar el rol docente y el rol de la escuela en el proceso de aprendizaje por muchas razones. Los papás están viendo cómo dictamos clases. Estamos en sus casas y ellos en las nuestras. Ahí se dan cuenta de qué estamos haciendo con los hijos. Estamos dándonos cuenta de lo que sí importa y lo que no. La reapertura viene a mitad de capacidad de los colegios. Hay que reinventarse. Todo esto hace que tengamos que revalorarnos, que la tarea docente se profesionalice porque ya no se puede seguir un texto página por página. Hay una gran cantidad de cosas que están pasando hoy que serán un antes y un después en la educación. No sabemos cuál va a ser el nuevo normal porque lo estamos construyendo. Es parte de la incertidumbre y la sorpresa”.

¿Qué consejos le darías a una organización escolar de primera infancia en este tipo de crisis e incertidumbre?

“La primera recomendación es entender y aceptar que no somos docentes sino educadores y nuestros hijos aprenden de lo que hacemos pero la tarea no es suplir al docente sino abrir el canal de comunicación y permitir ese enlace con el colegio. Si el colegio no lo genera lo busco, de una manera respetuosa y empática, porque el docente también está viviendo la pandemia; también se le cambiaron todas las reglas de juego y está tratando de aprender. Hay que maravillarse con el aprendizaje de nuestros hijos más que estresarnos porque no hacen la tarea. Si no la hacen deberíamos ver por qué, qué es lo que no les gusta, qué le falta. Están aprendiendo las habilidades para su vida y están formándose. Hay que mirar desde la mirada de ayudar a ayudarlos, qué es lo que les está pasando para poder ayudarlos y salir del estrés. Es fundamental acompañar a sus hijos generando espacios claros de trabajo. El padre debe acompañar en ese contexto, en generar un horario, ayudar en la rutina del día, promover el balance y también hay que poner límites. Si están en una clase en una tablet tienen que tener espacios sin tablets donde hablar con la familia, jugar. Los papás están felices porque están tranquilos allí pero hay que buscar ese balance para el esparcimiento, el arte, el abrazo de papá y mamá.

El colegio debe fomentar el vínculo. Es un momento en el que el colegio debe ser intenso y llegar al padre de familia, porque no necesariamente han comprendido la necesidad del vínculo; hacerlo con una llamada, un texto, un mail. El trabajo de hoy es lograr despertar el vínculo colegio-familia porque eso genera el contexto de aprendizaje.

Hoy más que nunca se está posibilitando la autonomía del estudiante desde sus preguntas. Es importante buscar conexiones, puntos de vista. En una clase virtual nuestra, el docente provoca pero el estudiante es el que busca, construye con rutinas de pensamiento, mapas conceptuales, etc.

Los colegios, cuanto más avanzados han estado en la implementación del modelo VESS, se han adaptado mucho más rápido a la pandemia que los que estaban más en lo tradicional. Esto va en sintonía con lo que mencionan en el libro “Un giro copernicano a la educación” ; es un momento en el que nos estamos dando cuenta de que el sol no era yo sino otro. Hemos encontrado que el ritmo es más lento que el de antes pero llegamos a mayor profundidad porque estamos viendo dónde está cada estudiante. Encontramos que es más fácil ahora que cuando había 35 alumnos en un aula y no se podía ver el trabajo de todos. En esta virtualidad los niños están produciendo videos, sus materiales, el docente se reúne con pequeños grupos donde escucha uno a uno. Así se va haciendo un diagnóstico casi diario de lo que está haciendo el estudiante. En Argentina se suspendieron las calificaciones. Me parece maravilloso si es por la nota pero terrible si es por dejar de ver cómo va el estudiante. El diagnóstico hay que hacerlo, que el estudiante sepa cómo va y yo, como padre de familia, pueda saber a dónde vamos para poder ajustar. Se comparten los objetivos. El estudiante sabe por qué está haciendo lo que hace y puede hasta ofrecer tareas distintas a las que propuso el profesor. Tenemos más evidencias de desempeño del estudiante que antes. El desafío es lograr darles la diferenciación, llegar a todos con la diferenciación ideal. Hay que tener en cuenta, además, que la tarea no es para los papás sino para los hijos. Cuenten si la hacen o no pero no la hagan por ellos”.

¿Las organizaciones escolares están atendiendo, conteniendo y escuchando? El volumen de trabajo ¿es mayor que en una época normal?

“Tengo el privilegio de trabajar con instituciones educativas que quieren hacer las cosas bien y adaptarse, con esa apertura de mente; por eso nos buscan. Todas están alineadas en atender la necesidad de las familias y de los estudiantes. Nos llegaron muchas necesidades de familias y docentes porque no muchos colegios lo están haciendo.

Esta semana reabrimos los jardines con pocos chicos. Normalmente en un jardín los primeros días los chicos lloran; hay un periodo de adaptación. Ahora no ha llorado ninguno. Están fascinados de ver a otros niños. Es fundamental que las familias entendamos que es importante que nuestro niño socialice. Es fundamental dar servicio, acompañar a los papás. Es el momento de generar vínculo a los docentes que no lo están haciendo”.

¿Cuál ha sido la experiencia en la Cátedra de Neuroeducación en la Universidad de Barcelona?

“Conocimos a Anna Forés en una conferencia. Es una persona maravillosa. Los directores de la cátedra nos invitaron porque hay dos cosas que es primordial que aprendan los docentes: el manejo de las nuevas tecnologías y cómo aprende el cerebro. La cátedra que se creó y de la que somos parte entre los fundadores busca una publicación científica de neurociencia para educadores, generar congresos de neurociencias para educadores, tiene un posgrado y un máster en neuroeducación y busca poder ser un ente avalador de proyectos que estén fundamentados en ciencia. Apunta a una bajada de la neurociencia en la educación. No sólo tenemos que enterarnos de las tecnologías sino de cómo funciona el cerebro. Es un equipo fantástico de educadores y nosotros somos parte de los profesores del posgrado”.

Este artículo fue escrito por Marcelo Rivera, Director de Rima Comunicación Institucional. Originalmente se publicó en el sitio web de Revista COLEGIO: https://revistacolegio.com/la-mision-de-los-colegios-hoy-es-despertar-el-vinculo-con-las-familias/

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