A lo largo de la historia hemos vivido transformaciones sociales que se han esculpido por el impacto de diferentes tecnologías y procesos de producción que daban un valor tangible al capital. Los cambios exponenciales que estamos viviendo provocados por las nuevas tecnologías, la globalización y el acceso inmediato a altos volúmenes de información y desinformación a través de las redes sociales, han generado una revolución del valor de la información que entrega el poder a quienes trabajan con el conocimiento y revolucionan los conceptos.
Tenemos hoy una valoración de intangibles que no aparecen en la contabilidad diaria de una empresa, pero que si lo vemos desde la perspectiva de la bolsa de valores, encontramos que nuestra sociedad le está dando aproximadamente un 70% de valoración a activos intangibles como la innovación, las patentes, la reputación, el diseño, el uso del conocimiento entre otros. Por primera vez, como sociedad le damos valor a capacidades humanas intangibles que en forma circular se combinan con la tecnología generando transformaciones exponenciales.
Estamos hoy en el contexto de una transformación social generalizada en la dirección no solo de una “sociedad del conocimiento” sino de “capitalismo cognitivo”. El poder está en quienes logran trabajar con el conocimiento.
Heiner Rindermann en su libro: “Cognitive capitalism”,define el capital cognitivo como “la capacidad de pensar, de resolver problemas, por medios cognitivos de razonar de forma inductiva y deducible para hacer frente a la abstracción, comprensión y construcción de significados para aprender y utilizar conocimientos verdaderos y pertinentes.” Este capital cognitivo es lo que ha revolucionado la tecnología y lo que le da forma a los cambios culturales que marca hacia donde nos movemos como sociedad.
Capitalismo cognitivo, es entonces el poder de nuestro potencial que nuevamente en la línea de definir qué es ser humano hoy (tema que tratamos en publicaciones anteriores), nos enfrenta a nosotros mismos como especie y nos permite proyectarnos para potenciarnos destruirnos o redefinirnos.
En esta edición, la intención es poder considerar las oportunidades desde el contexto educativo, que las diferentes perspectivas nos ofrecen para afrontar, enfrentar, gestionar, aprovechar y contribuir a lo que no podemos negar es la nueva revolución que estamos viviendo como especie.
Desde hace varias décadas, se vienen transformando los contextos educativos para darle valor a los procesos cognitivos. Ante esta inminente revolución social que tenemos, donde el escenario ratifica la importancia del pensamiento crítico, innovador y ético, se hace fundamental preguntarse: ¿Qué tan eficientes estamos siendo como educadores? ¿Realmente estamos evidenciando el valor que tiene el capital cognitivo que estamos construyendo? ¿Estamos fomentando habilidades cognitivas contextualizadas para que realmente sean un capital humano para la vida ética, saludable, social, política, ambientalista y emocional de todos?
Estas páginas buscan fomentar la acción reflexiva permanente de educadores y líderes, para visibilizar el impacto y proyectarlo hacia un propósito común establecido. Un propósito de vida que permita una construcción colectiva donde cada individuo añada valor al otro, al contexto y a sí mismo de manera sabia.
Los invitamos a darse permiso de soñar, diseñar y construir la sociedad que quieren usando el capital cognitivo que tienen todos en su contexto. Los invitamos a vivir una vida VESS. (Vida equilibrada con sentido y sabiduría).
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