Nuevas plataformas virtuales, mayor conectividad, aislamiento social y otros agentes de cambio han despertado la evolución de nuestra especie hacia sociedades más resilientes, empáticas y adaptables al cambio.
La evolución, según Charles Darwin, radica en la adaptación de ciertos los organismos de la misma especie a nuevas circunstancias externas que los obligan a cambiar de rutinas para sobrevivir. Con el tiempo, estas rutinas se convierten en nuevos hábitos que terminan modificando algunas características que resultará en la creación de una nueva especie, evolucionada.
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Nuestra especie también evoluciona, los individuos necesitan adaptarse a las nuevas condiciones de vida para sobrevivir y prosperar. En este caso, el aislamiento social ocasionado por el COVID y el desarrollo tecnológico global permiten hoy, nuevos espacios de interacción que generan retos y nuevas reglas sociales en las relaciones humanas.
El cambio, paradójicamente, tan constante como el tiempo, nos enfrenta hoy a realidades que antes eran sólo conceptos futuristas, presentes sólo en películas de ficción cómo son las reuniones virtuales, las comunidades colaborativas, el cambio de paradigmas en el uso de los recursos naturales, la conectividad, la inteligencia artificial, la energía abundante, por mencionar algunos de los cambios más importantes de este milenio.
Las sociedades son un reflejo de los individuos que allí conviven y que comparten visiones comunes. El mundo de hoy, absolutamente digitalizado, nos presenta virtualmente todo lo bueno y todo lo malo que cómo humanidad hemos desarrollado. Las nuevas comunidades de ”gamers”, “tiktokers”, “youtubers”,“Bloggers” entre otros nuevos espacios de relacionamiento digital. El libre albedrío se pone una vez más a prueba en un mundo saturado de información dónde el rol del docente y de la familia son claves para promover espacios de enriquecimiento cultural y sana diversión.
El impacto de la tecnología en todos los ámbitos, técnico, profesional, educativo, social y familiar y sus vertiginosos avances nos lleva a preguntarnos sobre el futuro de nuestra especie en el ambiente laboral. La educación hoy debe formar profesionales para los trabajos del futuro y la capacidad de las personas por adaptarse al cambio será el factor decisivo en un futuro incierto.
Así como la tecnología ha vivido una revolución vertiginosa en las últimas décadas, así también han crecido de forma significativa los movimientos humanistas y espirituales que responden a la necesidad humana de encontrar sentido y propósito a la existencia misma. Nuevas prácticas y movimientos como la alimentación consciente, meditaciones,ejercicios de relajación, sesiones de empatía grupal, actividades deportivas, de liderazgo, proyectos de responsabilidad social y otros espacios de desarrollo humanista son cada vez más habituales en el contexto escolar. Promover actividades integradoras que permitan a las personas compartir divertida, positiva y significativa es un rol vital de cada maestro y de la comunidad escolar.
Educar para ser humanos, nos obliga a profundizar en valores que deben llevarse a la práctica a través del auto descubrimiento y la acción social. La capacidad de materializar los conceptos aprendidos es y será siempre uno de los retos más complejos de la educación. La práctica de la empatía, la resiliencia, el trabajo en equipo, el respeto mutuo, la solidaridad, la ética, la igualdad de género, el cuidado del medio ambiente, el equilibrio son algunos de los valores que hoy más que nunca debemos fortalecer con proyectos transversales que nos permitan mirar hacia el futuro.
Los ODS Objetivos de Desarrollo Sostenible impulsados por las Naciones Unidas desde el 2015 consolidan la visión de una educación que promueva mecanismos para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar prosperidad y equidad para todos. Alinear los contenidos curriculares y vivir una cultura de empatía son algunas de las acciones concretas que podemos hacer para ser más humanos HOY. La adaptación al cambio es una de las habilidades más importantes en la formación de las generaciones actuales y futuras.
Artículo escrito por: María Gabriela Brinkmann.Representante Edu1st Ecuador.BA Sicología, BS Business y Marketing, Directora de Proyectos. [email protected]. Apasionada por la educación.